CHURRAS Y MERINAS

El pasado día 3 de octubre, la Comisión Ejecutiva del Consejo General de Enfermería (CGE) dictó dos resoluciones, la 6/2016 y la 7/2016, por las que, respectivamente, anulaba, prácticamente con los mismos argumentos, las últimas elecciones celebradas a primeros de abril en el Colegio de Enfermería de la Región de Murcia (COEMUR) y la autoproclamación con la que nos sorprendió a finales de marzo el pasmoso Emilio Losa, en el Colegio de Enfermería del Principado de Asturias (CODEPA).

En realidad, no sólo las resoluciones parecen calcadas, es que la manera en la que el CGE ha presentado la noticia, induce a los no avisados a creer que las circunstancias son las mismas. Nada más lejos de la realidad. Continuar leyendo “CHURRAS Y MERINAS”

La trampa rescampla

Desde que nos reunimos, hace poco más de nueve meses, los miembros de @NuevaEnfermería hemos conocido, y hemos contado, un montón de situaciones escandalosas que se producen a diario en la Organización Colegial de Enfermería y alrededores… Continuar leyendo “La trampa rescampla”

De Presidente a Presidente

El pasado día 18 en Nueva Enfermería leímos con estupor la carta que el Presidente del Consejo General de Enfermería (CGE) había dirigido a sus colegas provinciales el día anterior.
El objeto de la misma, parafraseando a González Jurado, era “compartir información y reflexiones” sobre los dos acontecimientos que en las últimas semanas han soliviantado especialmente a la enfermería española: El Real Decreto (RD)  sobre prescripción enfermera y el proyecto de renovación de los Estatutos Generales.

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¿Por qué luchar por un nuevo colegio?

La Asociación Enfermería de Asturias (Proyecto #6000enfermeras) quiere colaborar con Nueva Enfermería y mostraros las razones por las que merece la pena unirse a esta cruzada, colaborar en este proyecto y empezar a cambiar nuestra realidad profesional, porque en eso consiste precisamente lo que queremos hacer en Asturias.
      Hace ya tiempo que empezamos a trabajar para conseguir un cambio significativo en nuestro colegio provincial. Quizás ha destacado más que nada la cuestión judicial por la denuncia en fiscalía. Pero nuestra lucha es anterior, ya llevaba unos años antes…       
      ¿Por qué luchamos?, ¿Por qué luchar?, ¿Merece la pena?
     
      Quizás si me lees, ni siquiera estás colegiado o quizás lo estés en un colegio que no te corresponde pero te cobra menos cuota; quizás en el mejor de los casos pagas religiosamente la cuota colegial y te desentiendes del colegio, así, sin problemas. Desconoces lo que luego pasa con tu dinero y cómo funciona tu institución, y por supuesto ni te planteas acudir a una asamblea para saber nada de esto: que no es algo que tenga que ver con tu día a día como enfermera.
      Quizás por otro lado, me atrevo a decir y no te conozco, eres una profesional comprometida y entregada a tu tarea asistencial. Si no lo eres también en la investigadora, gestora o docente es porque las dificultades en este aspecto no son menores y el techo de cristal de la profesión pesa ya como una losa.
      Quizás te quejas amargamente en el office, en el pasillo, incluso en las redes, de la situación de la profesión, de que nadie hace nada, de que no hay nada que hacer, de que no estamos unidos, de que nos machacamos unos a otros, de lo poco valorada que está nuestra profesión.
      Quizás crees que se necesitan recursos para que las enfermeras investiguen, innoven, se hagan más visibles socialmente,… porque sí, todas estas tareas pendientes requieren esfuerzo, trabajo, ilusión y también recursos.
     Pero existe la organización que debe velar por las enfermeras, que tiene recursos financieros, organizativos, legales y de representación. Es una organización que debe aglutinar a todos los profesionales, en la que la sociedad considera que debemos estar integrados, regulados e incluso controlados. Porque esa sociedad sí opina que somos suficientemente importantes para hacer una excepción a la constitución (art. 22 Libre asociación y sentencia tribunal constitucional).
      No haré mención a cómo está la situación colegial nacional, no es muy distinta de lo que pasa en nuestra provincia y que podéis consultar en nuestra web (y en este blog gracias al enorme trabajo de #nuevaenfermeria). No creo que sea esta la razón (al menos no la más importante) que nos invite a luchar, ser consciente de ello solo provoca ganas de irse, como muchos han mostrado ya públicamente.
      Pero ¿qué aportaría irse?: probablemente nada, solamente perder el patrimonio corporativo que quedaría en manos de quienes “gobiernan” nuestra profesión, sedes colegiales, activos, organización, asociaciones paralelas, y proyectos que se nutren de un presupuesto anual que rondará así a vuelapluma los 70 millones de euros, de los cuales casi 20 van a parar a manos del Consejo General de Enfermería. Además se produciría una enorme pérdida de oportunidad.
«Lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos»
¿Por qué luchar?
      Pues por disponer de una organización colegial útil, que promocione la profesión, que la ayude a crecer, la proteja, la impulse y que la represente ante la sociedad. Por lograr un liderazgo real que haga de la participación de los profesionales el eje de trabajo, que no los contemple como un recurso que esquilmar sino la razón de ser.
      Porque valores como la transparencia, la participación, la innovación, la interacción o el servicio sean lo natural en nuestras corporaciones. Para que las relaciones con los colegiados (los dueños del colegio) se hagan de forma espontánea, sencilla y clara. Para que las relaciones con otras instituciones y organizaciones se hagan desde un lide
razgo basado en la participación de los profesionales, atendiendo a sus intereses y a los de la sociedad en general. Todo esto en un nuevo paradigma actualizado y realmente moderno, acorde con la realidad de la profesión y los valores democráticos que la sociedad de hoy en día exige.
      ¿Te imaginas a tus representantes liderando y participando en los cambios que nuestro sistema sanitario necesita?, ¿te imaginas el colegio involucrado como pieza clave en el desarrollo de los roles profesionales de las enfermeras que trabajan en los sistemas sanitarios y socio-sanitarios, públicos o privados?, ¿te imaginas una representación que colabore y no compita con otras corporaciones, con la universidad o con las instituciones en el desarrollo de nuestra profesión?
      ¿Te imaginas redes de investigación a nivel nacional coordinadas por los colegios?, ¿te imaginas una red de profesionales expertos liderada desde los colegios?, ¿te imaginas a tus representantes colegiales en un frente común por el respeto a la profesión dentro de los servicios públicos de salud?,¿te los imaginas negociando para que la enfermería tenga acceso real a ámbitos directivos?, ¿crees posible disponer de herramientas de comunicación y encuentro que pongan en contacto a los profesionales, sociedades, instituciones relacionadas con el mundo de la Enfermería?
      ¿Te imaginas al colegio como agente de cambio en la generación y difusión de evidencia, en la promoción de buenas prácticas?, ¿y dando mayor y mejor visibilidad a la profesión con acciones concretas que presenten lo mucho y bueno que hace la Enfermería en España, que exijan la presencia de enfermeras en los ámbitos donde se toman las decisiones de estrategia y política sanitaria?. En definitiva, dando respuesta a los retos de la profesión.
      Me dirás que somos unos ilusos, que es demasiado esfuerzo y que no tenemos recursos, pero yo te digo que podemos ilusionarnos, luchar por lo que amamos y que en cuanto a los recursos, disponemos de casi 70 millones de euros anuales.
      Nosotros, en Asturias, hemos soñado esa otra realidad, pero no vamos a engañarte, los obstáculos son muchos y grandes, han ido creciendo y haciéndose fuertes a causa de años de dejadez lastrante de cada uno de nosotros.
      Ahora, después de unos años de lucha, hemos visto en ti, en cada una de las enfermeras y enfermeros, la herramienta fundamental para que nuestra profesión cambie, para que tu propia realidad profesional cambie; de nada valen las redes sociales, la lucha en los juzgados o en la prensa si cada uno de nosotros no se convence de que estamos construyendo la enfermería del SXXI.
      Sin ese compromiso personal de cada enfermera, sin participar en esta revolución, el cambio nunca tendrá efecto. Porque la situación de la profesión no la cambiará internet, un juez o un periodista; la tenemos que cambiar, la cambiaremos, las enfermeras.

Esteban Gómez Suárez.

Presidente de AEA.